Libertad, Igualdad y Fraternidad |
Hace ya tiempo que muchos estados, entre ellos el español, ante su incapacidad para hacerse cargo de un sistema de redistribución de los recursos realmente ético; decidieron hacer dejación de una buena parte de sus responsabilidades en manos de ONG. Así pues el Estado presume de "fraternal" porque cada año entrega a estas asociaciones (la mayoría de ellas fundamentadas más en la "caritas cristiana" que en la verdadera fraternidad) unas cantidades de dinero procedentes de la recaudación de impuestos para que sean ellas las que realicen la redistribución de los recursos y, si acaso, en el mejor de los casos, les piden cuentas. Se trata de un mecanismo perverso que intenta esconder el hecho de que el Estado, el Sistema, no está realmente interesado en sus ciudadanos; y menos aún en los ciudadanos que han sido relegados por el propio Sistema y, por tanto, no son contribuyentes. Este sistema es perverso por muchas razones: primero porque se hace desde la incapacidad de un grupo de políticos que "en periodo electoral aseguran que tienen un programa de gobierno para todos los ciudadanos", lo cual, no es cierto. De hecho; el único motivo por el que los ciudadanos que son atendidos por las ONG en sus necesidades más básicas; le interesan al Sistema, es porque aún les queda la capacidad de votar... Algo que no deja de ser también un mecanismo, a su vez, perverso (cuando la Democracia se queda sólo en esa participación periódica), porque da al pueblo un poder "dirigido y diluido" a cambio de que el pueblo, con su voto, "legitime al Sistema y a la propia democracia". Si en algo están de acuerdo todos los políticos es en que todos los ciudadanos deben votar (y, por lo general, en la fijación de sus salarios y privilegios).
Demos, Kratos |
Vicente Ferrer |
Y aún así; aún sabiendo que mucha de la ropa usada que se recoge por nuestras ciudades, alguna en campañas específicas para ser enviada a algún lugar del mundo en el que ha sucedido una catástrofe natural... acaba siendo vendida a mercaderes locales que la vuelven a revender a aquellos a los que debía de haber sido entregada sin costo; miramos hacia otro lado y pensamos: "sabemos que esto ocurre porque hemos visto reportajes en los que se siguió la pista a prendas de ropa desde Francia a Haití" pero, entendemos que los que la comerciantes que la venden allí, en realidad suelen ser tan pobres como el resto (en otros casos son verdaderas mafias)y lo hacen para sacar unas monedas. Lo que ya no podemos entender son las motivaciones de quien se la vendió a estos comerciantes (aunque a veces son funcionarios de los mismos gobiernos locales). Y mucho menos entendemos ni debemos tolerar este tipo de cosas, (si el link se rompe aquí hemos puesto una copia): "Sólo recibimos un centavo de cada dólar de ayuda internacional". Son palabras de Michel Martelly, actual presidente de Haití.
Si en aquellas instituciones en las que debemos suponer que la ética está su raíz, que es su fundamento, su razón de existir; encontramos rincones sin barrer, o lo barrido bajo la alfombra; nuestra confianza en ellas disminuirá (y está bien que así sea) y nuestro sentido de la fraternidad, la solidaridad y la ética también (y esto no será bueno para nadie). Cada día encontramos más gente que escoge muy cuidadosamente a qué ONG va a confiar sus contribuciones o con cuales va a colaborar (y esto es bueno...) pero, también encontramos a otra gente que usa estas "grietas" para decir que "todos son unos corruptos y que para que su ayuda no llegue a los que la necesitan, mejor no la dan". Es muy posible que la mayoría de estos últimos tampoco contribuyeran antes (y eso no es preocupante, cada cual con su egoísmo y su falta de empatía puede hacer lo que quiera, estas actitudes también forman parte de la libertad), el problema es el peso que su opinión tiene sobre aquellos que se lo estaban planteando. La fraternidad no puede vivir en una ciénaga donde otros siembran duda en lugar de arroz. Por estas cosas es por lo que la ética es tan importante...
rain is coming,
fear Him...
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